MARTES SANTO, feria Martes de la II Semana del Salterio (Liturgia de las Horas, Tomo II)
MARTES SANTO, feria
PARA LOS DÍAS DE SEMANA SANTA
PROGRAMA PARROQUIAL:
MARTES, 12 DEABRIL
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 17.00 h. a 21.00 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 17.00 h. a 20.00 h.
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
“En un video mensaje hecho público el domingo de Ramos, el Primado de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana, tras 46 días de guerra, pide a todos los cristianos que recen por el pueblo ucraniano y por la liberación de la tierra ucraniana del invasor injusto".
SANTORAL DE HOY
Elogio: En Nápoles, en Italia, san José Moscati, médico, entregado total e incansablemente a la cotidiana asistencia a los enfermos, sin reclamar a los pobres paga alguna, y que atendiendo a los cuerpos, curaba, a la vez, las almas con gran amor.
Santa Visia, virgen y mártir
En Fermo, en el Piceno, santa Visia, virgen y mártir. († s. inc.)
San Zenón de Verona, obispo
En Verona, en el territorio de Venecia, san Zenón, obispo, que con su trabajo y predicación condujo a la ciudad al bautismo de Cristo. († c. 372)
San Sabas Godo, mártir
En Capadocia, san Sabas Godo, mártir, que durante la persecución contra los cristianos bajo Atanarico, rey de los godos, por haber rechazado tres días después de la celebración de la Pascua los alimentos inmolados a los ídolos, fue arrojado a un río tras crueles tormentos. († 372)
San Constantino de Gap, obispo
Cerca de Gap, en la provincia romana de la Galia, san Constantino, obispo. († d. 517)
San Damiano de Pavía, obispo
En Pavía, ciudad de Lombardía, san Damián, obispo, cuya carta sobre la recta fe, referente a la voluntad y al obrar de Cristo, fue leída en el III Concilio de Constantinopla. († d. 698)
San Basilio de Pario, obispo y confesor
En Pario, en el Helesponto, san Basilio, obispo, que, por defender el culto de las sagradas imágenes, padeció azotes, cadenas y exilio. († 735)
San Erkembodone, abad y obispo
En la región de Calais, en la Galia, san Erkembodone, abad de Sithiu y, a la vez, obispo de Thérouanne. († 742)
San Alferio de La Cava, abad y fundador
En el monasterio de Cava dei Tirreni, en la región de Campania, san Alferio, fundador y primer abad, que, después de ser consejero de Guaimario, duque de Salerno, se hizo discípulo de san Odilón en Cluny y se distinguió de forma excelente en la observancia de la vida monástica. († 1050)
Beato Lorenzo, monje y presbítero
En el monasterio de Belem, cerca de Lisboa, en Portugal, beato Lorenzo, presbítero de la Orden de San Jerónimo, cuya eximia piedad atrajo a muchísimos penitentes a este cenobio. († s. XIV)
Santa Teresa de Jesús Fernández Solar, virgen
En la ciudad de Los Andes, en Chile, santa Teresa de Jesús (Juana) Fernández Solar, virgen, que, siendo novicia en la Orden de Carmelitas Descalzas, consagró, como ella misma decía, su vida a Dios por el mundo pecador, muriendo de tifus a los veinte años de edad. († 1920)
San David Uribe Velasco, presbítero y mártir
En la aldea de San José, del territorio Chilpancingo, en México, san David Uribe Velasco, presbítero y mártir, que en tiempo de persecución contra la Iglesia padeció el martirio por confesar a Cristo Rey. († 1927)
LITURGIA DE HOY
Misa de feria (morado).
- Is 49, 1-6. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.
- Sal 70. R. Mi boca contará tu salvación, Señor.
- Jn 13, 21-33. 36-38. Uno de vosotros me va a entregar… No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces.
* Hoy no se permiten otras celebraciones, excepto la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio de feria.
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. II de la Pasión del Señor.
LECC.: vol. II.
Martirologio: elogs. del 13 de abril, pág. 253.
CALENDARIOS:
Burgos: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons.
Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo (2008).
Oviedo: Aniversario de la muerte de Mons. Francisco Javier Lauzurica Torralba,
arzobispo (1964).
Antífona de entrada Cf. Sal 26, 12
No me entregues, Señor, a la saña de mis
adversarios, porque se levantan contra mí testigos falsos, que respiran
violencia.
Acto penitencial
Todo como en el Ordinario de la Misa. Para la
tercera fórmula pueden usarse las invocaciones que se proponen a continuación.
Recordando la pasión de Cristo, pedimos perdón por
nuestros pecados:
- Señor Jesús, traicionado por Judas y prendido en
Getsemaní. Señor, ten piedad.
R. Señor,
ten piedad.
- Jesús, humillado, deshonrado y condenado a muerte.
Cristo, ten piedad.
R. Cristo,
ten piedad.
- Jesús, conducido al Calvario y clavado en la cruz.
Señor, ten piedad.
R. Señor,
ten piedad.
Dios todopoderoso y eterno,
concédenos participar de tal modo
en las celebraciones de la pasión del Señor,
que merezcamos tu perdón.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS DE LA MISA
Lectura del libro de Isaías (Is 49, 1-6)
ESCUCHADME, islas; atended, pueblos lejanos:
El Señor me llamó desde el vientre materno,
de las entrañas de mi madre, y pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada afilada,
me escondió en la sombra de su mano;
me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba
y me dijo: «Tú eres mi siervo, Israel,
por medio de ti me glorificaré».
Y yo pensaba: «En vano me he cansado,
en viento y en nada he gastado mis fuerzas».
En realidad el Señor defendía mi causa,
mi recompensa la custodiaba Dios.
Y ahora dice el Señor,
el que me formó desde el vientre como siervo suyo,
para que le devolviese a Jacob,
para que le reuniera a Israel;
he sido glorificado a los ojos de Dios.
Y mi Dios era mi fuerza:
«Es poco que seas mi siervo
para restablecer las tribus de Jacob
y traer de vuelta a los supervivientes de Israel.
Te hago luz de las naciones,
para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra».
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 70. 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17 [R.: cf. 15ab])
R. Mi boca contará tu salvación, Señor
V. A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame.
R. Mi boca contará tu salvación, Señor.
V. Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa.
R. Mi boca contará tu salvación, Señor.
V. Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías.
R. Mi boca contará tu salvación, Señor.
V. Mi boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas.
R. Mi boca contará tu salvación, Señor.
╬ Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 13, 21-33. 36-38)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su
espíritu y dio testimonio diciendo:
«En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar».
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo
decía.
Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de
Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía.
Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
«Señor, ¿quién es?».
Le contestó Jesús:
«Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado».
Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del
pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:
«Lo que vas a hacer, hazlo pronto».
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la
bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la
fiesta o dar algo a los pobres.
Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche.
Cuando salió, dijo Jesús:
«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios
es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo
glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero
lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros:
“Donde yo voy no podéis venir vosotros”».
Simón Pedro le dijo:
«Señor, ¿adónde vas?».
Jesús le respondió:
«Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».
Pedro replicó:
«Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti». Jesús le
contestó:
«¿Conque darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el
gallo antes de que me hayas negado tres veces».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Benedicto XVI, Jesús de Nazaret 2.
Pedro entiende que Jesús habla de su muerte inminente e intenta subrayar su fidelidad radical hasta la muerte con su pregunta: «Por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti» (Jn 13, 37). De hecho, después, en el Monte de los Olivos, decidido a poner en práctica su propósito, se comprometerá desenvainando la espada. Pero tiene que aprender que el martirio tampoco es un acto heroico, sino un don gratuito de la disponibilidad para sufrir por Jesús. Tiene que olvidarse de la heroicidad de sus propias acciones y aprender la humildad del discípulo. Su voluntad de llegar a las manos en la reyerta, su heroísmo, termina en su renegar de Jesús. Para lograr un puesto cercano al fuego en el patio del palacio del sumo sacerdote, y obtener posiblemente información de las últimas novedades sobre lo que ocurría con Jesús, dice que no lo conoce. Su heroísmo se ha derrumbado en una mezquina forma de táctica. Tiene que aprender a esperar su hora; tiene que aprender la espera, la perseverancia. Tiene que aprender el camino del seguimiento, para ser llevado después, a su hora, donde él no quiere (cf. Jn 21, 18), y recibir la gracia del martirio.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Para mí es mejor morir en Jesucristo que ser rey de los términos de la tierra. Quiero a Aquel que murió por nosotros; quiero a Aquel que resucitó por nosotros… Permitidme ser imitador de la pasión de mi Dios» (San Ignacio de Antioquía).
«El Cenáculo nos recuerda la comunión, la fraternidad, la armonía, la paz entre nosotros. ¡Cuánto amor, cuánto bien ha brotado del Cenáculo! ¡Cuánta caridad ha salido de allí! Todos los santos han bebido de aquí» (Francisco).
«En la Pasión, la misericordia de Cristo vence al pecado. En ella, es donde éste manifiesta mejor su violencia y su multiplicidad: incredulidad, rechazo y burlas (…). Sin embargo, en la hora misma de las tinieblas y del príncipe de este mundo, el sacrificio de Cristo se convierte secretamente en la fuente de la que brotará inagotable el perdón de nuestros pecados» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.851).
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