DOMINGO DEL CORPUS CHRISTI, Solemnidad Oficio del Domingo de la Santísima Trinidad del Salterio (Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas - Laudes - Tercia- Sexta - Nona - Vísperas - Completas)
PROGRAMA PARROQUIAL:DOMINGO, 19 DE JUNIO- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.
- Adoración durante todo el día del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi), en la Parroquia (desde las 11.00 h. a las 19.00 h).
- Eucaristía de la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi), en la Parroquia (a las 19.00 h.).
- Procesión con el Santísimo Sacramento por las calles de nuestro pueblo (a las 20.00 h.).
DOMINGO DEL CORPUS CHRISTI, Solemnidad
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.
- Adoración durante todo el día del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi), en la Parroquia (desde las 11.00 h. a las 19.00 h).
- Eucaristía de la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi), en la Parroquia (a las 19.00 h.).
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
SANTORAL DE HOY
Refieren a este santo: Santos Benito, Juan, Mateo, Isaac y Cristiano, San Bruno de Querfurt.
Oración
Oh Dios, que has renovado en tu Iglesia la vida eremítica por medio del abad san Romualdo, haz que, negándonos a nosotros mismos para seguir a Cristo, merezcamos llegar felizmente al reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
Otros santos de este día:
Santos Gervasio y Protasio, mártires
En Milán, en la Liguria, santos Gervasio y Protasio, mártires, cuyos cuerpos fueron encontrados por san Ambrosio, que en este día los trasladó solemnemente a la nueva basílica que había edificado.
San Deodato de Nevers, obispo
En los montes Vosgos, en el territorio de Burgundia, en Austrasia, san Deodato, obispo de Nevers, que fundó el monasterio que después recibió su nombre.
Santa Quildomarca, abadesa
En el monasterio de Fécamp, en Neustria, de nuevo en la Francia actual, santa Quildomarca o Hildemarca, abadesa, que recibió cordialmente y atendió a san Leodegario, mutilado por Ebroino.
San Lamberto de Zaragoza, mártir
En Zaragoza, en Hispania, san Lamberto, mártir.
Beato Gerlando, religioso
En Caltagirone, de Sicilia, beato Gerlando, que, caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, se entregó generosamente al cuidado de las viudas y de los niños huérfanos.
Santa Juliana Falconeri, virgen y fundadora
En Florencia, en la Toscana, santa Juliana Falconeri, virgen, que fundó las Hermanas de la Orden de los Siervos de María, llamadas por su hábito religioso «Mantelatas».
Beata Miguelina, viuda
En Pesaro, en el Piceno, beata Miguelina, viuda, que entregó todos sus bienes a los pobres y, vestido el hábito de la Tercera Orden Regular de San Francisco, mendigando su pan llevó una vida humilde y muy disciplinada.
Beatos Sebastián Newdigate, Humfredo Middlemore y Guillermo Exmew, presbíteros y mártires
En Londres, en Inglaterra, beatos mártires Sebastián Newdigate, Humfredo Middlemore y Guillermo Exmew, presbíteros de la Cartuja de esta ciudad, los cuales, reinando Enrique VIII, por su probada fidelidad a la Iglesia católica fueron encarcelados y mantenidos de pie durante diecisiete días, amarrados con cadenas a unas columnas, hasta que consumaron su martirio ahorcados en Tyburn.
Beato Tomás Woodhouse, presbítero y mártir
También en Londres, beato Tomás Woodhouse, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que, ordenado sacerdote en tiempo de la reina católica María, posteriormente, en la persecución bajo la reina Isabel I, estuvo encarcelado más de doce años, reconciliando con la Iglesia católica a sus compañeros de cautiverio, hasta que consumó su martirio en Tyburn.
Santos Remigio Isoré y Modesto Andlauer, presbíteros y mártires
En la aldea de Wuyi, cerca de la ciudad de Xianxian, en la provincia china de Hebei, santos Remigio Isoré y Modesto Andlauer, presbíteros de la Orden de la Compañía de Jesús y mártires, que durante la persecución desencadenada por los seguidores del movimiento Yihetuan, fueron asesinados mientras oraban ante el altar.
Beata Elena Aiello, virgen y fundadora
En Roma, beata Elena Aiello, virgen, fundadora de las Hermanas Mínimas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE HOY
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
La solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor
160. El jueves siguiente a la solemnidad de la santísima Trinidad, la Iglesia celebra la solemnidad del santísimo Cuerpo y Sangre del Señor. La fiesta, extendida en 1269 por el Papa Urbano IV a toda la Iglesia latina, por una parte constituyó una respuesta de fe y de culto a doctrinas heréticas acerca del misterio de la presencia real de Cristo en la Eucaristía, por otra parte fue la culminación de un movimiento de ardiente devoción hacia el augusto Sacramento del altar.
La piedad popular favoreció el proceso que instituyó la fiesta del Corpus Christi; a su vez, esta fue causa y motivo de la aparición de nuevas formas de piedad eucarística en el pueblo de Dios.
Durante siglos, la celebración del Corpus Christi fue el principal punto de confluencia de la piedad popular a la Eucaristía. En los siglos XVI-XVII, la fe, reavivada por la necesidad de responder a las negaciones del movimiento protestante, y la cultura – arte, literatura, folclore – han contribuido a dar vida a muchas y significativas expresiones de la piedad popular para con el misterio de la Eucaristía.
161. La devoción eucarística, tan arraigada en el pueblo cristiano, debe ser educada para que capte dos realidades de fondo:
- que el punto de referencia supremo de la piedad eucarística es la Pascua del Señor; la Pascua, según la visión de los Padres, es la fiesta de la Eucaristía, como, por otra parte, la Eucaristía es ante todo celebración de la Pascua, es decir, de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús;
- que toda forma de devoción eucarística tiene una relación esencial con el Sacrificio eucarístico, ya porque dispone a su celebración, ya porque prolonga las actitudes cultuales y existenciales suscitadas por ella.
A causa precisamente de esto, el Rituale Romanum advierte: "Los fieles, cuando veneran a Cristo, presente en el Sacramento, recuerden que esta presencia deriva del Sacrificio y tiende a la comunión, sacramental y espiritual".
162. La procesión de la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo es, por así decir, la "forma tipo" de las procesiones eucarísticas. Prolonga la celebración de la Eucaristía: inmediatamente después de la Misa, la Hostia que ha sido consagrada en dicha Misa se conduce fuera de la iglesia para que el pueblo cristiano "dé un testimonio público de fe y de veneración al Santísimo Sacramento".
Los fieles comprenden y aman los valores que contiene la procesión del Corpus Christi: se sienten "Pueblo de Dios" que camina con su Señor, proclamando la fe en Él, que se ha hecho verdaderamente el "Dios con nosotros".
Con todo, es necesario que en las procesiones eucarísticas se observen las normas que regulan su desarrollo, en particular las que garantizan la dignidad y la reverencia debidas al santísimo Sacramento; y también es necesario que los elementos típicos de la piedad popular, como el adorno de las calles y de las ventanas, la ofrenda de flores, los altares donde se colocará el Santísimo en las estaciones del recorrido, los cantos y las oraciones "muevan a todos a manifestar su fe en Cristo, atendiendo únicamente a la alabanza del Señor", y ajenos a toda forma de emulación.
163. Las procesiones eucarísticas concluyen, normalmente, con la bendición del santísimo Sacramento. En el caso concreto de la procesión del Corpus Christi, la bendición constituye la conclusión solemne de toda la celebración: en lugar de la bendición sacerdotal acostumbrada, se imparte la bendición con el santísimo Sacramento.
Es importante que los fieles comprendan que la bendición con el santísimo Sacramento no es una forma de piedad eucarística aislada, sino el momento conclusivo de un encuentro cultual suficientemente amplio. Por eso, la normativa litúrgica prohíbe "la exposición realizada únicamente para impartir la bendición".
La adoración eucarística
164. La adoración del santísimo Sacramento es una expresión particularmente extendida del culto a la Eucaristía, al cual la Iglesia exhorta a los Pastores y fieles.
Su forma primigenia se puede remontar a la adoración que el Jueves Santo sigue a la celebración de la Misa en la cena del Señor y a la reserva de las sagradas Especies. Esta resulta muy significativa del vínculo que existe entre la celebración del memorial del sacrificio del Señor y su presencia permanente en las Especies consagradas. La reserva de las Especies sagradas, motivada sobre todo por la necesidad de poder disponer de las mismas en cualquier momento, para administrar el Viático a los enfermos, hizo nacer en los fieles la loable costumbre de recogerse en oración ante el sagrario, para adorar a Cristo presente en el Sacramento.
De hecho, "la fe en la presencia real del Señor conduce de un modo natural a la manifestación externa y pública de esta misma fe (...) La piedad que mueve a los fieles a postrarse ante la santa Eucaristía, les atrae para participar de una manera más profunda en el misterio pascual y a responder con gratitud al don de aquel que mediante su humanidad infunde incesantemente la vida divina en los miembros de su Cuerpo. Al detenerse junto a Cristo Señor, disfrutan su íntima familiaridad, y ante Él abren su corazón rogando por ellos y por sus seres queridos y rezan por la paz y la salvación del mundo. Al ofrecer toda su vida con Cristo al Padre en el Espíritu Santo, alcanzan de este maravilloso intercambio un aumento de fe, de esperanza y de caridad. De esta manera cultivan las disposiciones adecuadas para celebrar, con la devoción que es conveniente, el memorial del Señor y recibir frecuentemente el Pan que nos ha dado el Padre".
165. La adoración del santísimo Sacramento, en la que confluyen formas litúrgicas y expresiones de piedad popular entre las que no es fácil establecer claramente los límites, puede realizarse de diversas maneras:
- la simple visita al santísimo Sacramento reservado en el sagrario: breve encuentro con Cristo, motivado por la fe en su presencia y caracterizado por la oración silenciosa;
- adoración ante el santísimo Sacramento expuesto, según las normas litúrgicas, en la custodia o en la píxide, de forma prolongada o breve;
- la denominada Adoración perpetua o la de las Cuarenta Horas, que comprometen a toda una comunidad religiosa, a una asociación eucarística o a una comunidad parroquial, y dan ocasión a numerosas expresiones de piedad eucarística.
En estos momentos de adoración se debe ayudar a los fieles para que empleen la Sagrada Escritura como incomparable libro de oración, para que empleen cantos y oraciones adecuadas, para que se familiaricen con algunos modelos sencillos de la Liturgia de las Horas, para que sigan el ritmo del Año litúrgico, para que permanezcan en oración silenciosa. De este modo comprenderán progresivamente que durante la adoración del santísimo Sacramento no se deben realizar otras prácticas devocionales en honor de la Virgen María y de los Santos. Sin embargo, dado el estrecho vínculo que une a María con Cristo, el rezo del Rosario podría ayudar a dar a la oración una profunda orientación cristológica, meditando en él los misterios de la Encarnación y de la Redención.
Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, quien, con estos
alimentos sagrados, ofrece el remedio de la inmortalidad y la prenda de la
Resurrección (elog. del Martirologio Romano).
Misa de la solemnidad (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. I ó II de la Eucaristía.
LECC.: vol. I (C).
- Gén 14, 18-20. Ofreció pan y vino.
- Sal 109. R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
- 1 Cor 11, 23-26. Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor.
- Secuencia (opcional): Lauda, Sion, Salvatorem.
- Lc 9, 11b-17. Comieron todos y se saciaron.
La oración colecta de la misa de hoy subraya la conexión de la eucaristía con
la Pasión de Cristo, de la que es memorial. La paz y la unidad de la Iglesia
están en el fondo de la orac. sobre las ofrendas. En la orac. después de la
comunión se subraya la dimensión escatológica de la comunión, «signo del
banquete del reino» que nos llenará del gozo de la divinidad. La liturgia de la
Palabra nos presenta el sacrificio de Melquisedec, anticipo del de la misa (1
lect.). El sal. resp. nos recordará a Cristo como único y eterno sacerdote de
la Nueva Alianza. En la 2 lect. se nos recuerda que la eucaristía es el
memorial de la muerte del Señor. Y el Ev. nos narra la multiplicación de los
panes, signo profético del banquete mesiánico que es la comunión eucarística.
* DÍA Y
COLECTA DE LA CARIDAD (dependiente de la CEE, obligatoria): Liturgia del día,
alusión en la mon. de entrada y en la hom., intención en la orac. univ.,
colecta.
* Del Domingo XII del tiempo ordinario, nada.
* Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.
Procesión: Como celebración especial de esta solemnidad, la piedad de
la Iglesia nos ha transmitido la procesión, en la que el pueblo cristiano
recorre solemnemente las calles con la Eucaristía, con cantos y plegarias,
dando así testimonio público de fe y de piedad hacia el Santísimo Sacramento
(CO 386).
Liturgia de las Horas: oficio de la solemnidad. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 20 de junio, pág. 372.
CALENDARIOS: Tui-Vigo: Aniversario de la ordenación episcopal de
Mons. Luis Quinteiro Fiuza, obispo (1999).
Antífona de Entrada Sal 80, 17
El Señor los alimentó con flor de harina y los sació con miel silvestre.
Monición de entrada
Hoy, solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo, cobra su relieve el mandato
del Señor: «Haced esto -la eucaristía- en memora mía». Alegrémonos todos en el
Señor, comensales suyos; entremos en su presencia, dándole gracias. Celebremos
con gozo el sagrado banquete, memorial de Jesucristo, de su Pascua, y prenda de
vida eterna en el reino glorioso.
Acto penitencial
Todo como en el Ordinario de la Misa. Para la tercera fórmula pueden usarse las siguientes invocaciones:
- Tú, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión: Señor ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
- Tú, que hoy nos entregas tu Cuerpo como alimento para la vida eterna: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
- Tú, que has derramado tu Sangre para el perdón de los pecados: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Se dice Gloria.
Oración colecta
Oh, Dios, que en este sacramento admirable
nos dejaste el memorial de tu pasión,
te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotrosel fruto de tu redención.
Tú, que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo
y eres Dios por los siglos de los siglos.
LECTURAS DE LA MISA
Lectura del libro del Génesis (Gn 14, 18-20)
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Tu es sacérdos in ætérnum secúndum órdinem Melchísedech (en latín).
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, desde el seno,
antes de la aurora».
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.»
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1 Co 11, 23-26)
R. Te alabamos, Señor.
alaba a tu guía y pastor
con himnos y cánticos.
Pregona su gloria cuanto puedas,
porque él está sobre toda alabanza,
y jamás podrás alabarle lo bastante.
El tema especial de nuestros loores
es hoy el pan vivo
y que da vida.
El cual se dio en la mesa de la sagrada cena
al grupo de los doce apóstoles
sin género de duda.
Sea, pues, llena, sea sonora,
sea alegre, sea pura
la alabanza de nuestra alma.
Pues celebramos el solemne día
en que fue instituido
este divino banquete.
En esta mesa del nuevo rey,
la pascua nueva de la nueva ley
pone fin a la pascua antigua.
Lo viejo cede ante lo nuevo,
la sombra ante la realidad,
y la luz ahuyenta la noche.
Lo que Jesucristo hizo en la cena,
mandó que se haga
en memoria suya.
Instruidos con sus santos mandatos,
consagramos el pan y el vino,
en sacrificio de salvación.
Es dogma que se da a los cristianos,
que el pan se convierte en carne,
y el vino en sangre.
Lo que no comprendes y no ves,
una fe viva lo atestigua,
fuera de todo el orden de la naturaleza.
Bajo diversas especies,
que son accidentes y no sustancia,
están ocultos los dones más preciados.
Su Carne es alimento y su Sangre bebida;
mas Cristo está todo entero
bajo cada especie.
Quien lo recibe no lo rompe,
no lo quebranta ni lo desmembra;
recíbese todo entero.
Recíbelo uno, recíbenlo mil;
y aquel lo toma tanto como estos,
pues no se consume al ser tomado.
Recíbenlo buenos y malos;
mas con suerte desigual
de vida o de muerte.
Es muerte para los malos,
y vida para los buenos;
mira cómo un mismo alimento
produce efectos tan diversos.
Cuando se divida el Sacramento,
no vaciles, sino recuerda
que Jesucristo tan entero
está en cada parte como antes en el todo.
No se parte la sustancia,
se rompe solo la señal;
ni el ser ni el tamaño
se reducen de Cristo presente.
He aquí el pan de los ángeles,
hecho viático nuestro;
verdadero pan de los hijos,
no lo echemos a los perros.
Figuras lo representaron:
Isaac fue sacrificado;
el cordero pascual, inmolado;
el maná nutrió a nuestros padres.
Buen Pastor, Pan verdadero,
¡oh, Jesús!, ten piedad.
haz que veamos los bienes
en la tierra de los vivientes.
Tú, que todo lo sabes y puedes,
que nos apacientas aquí siendo aún mortales,
haznos allí tus comensales,
coherederos y compañeros
de los santos ciudadanos.
Amen.
hecho viático nuestro;
verdadero pan de los hijos,
no lo echemos a los perros.
Figuras lo representaron:
Isaac fue sacrificado;
el cordero pascual, inmolado;
el maná nutrió a nuestros padres.
Buen Pastor, Pan verdadero,
oh, Jesús!, ten piedad.
Apaciéntanos y protégenos;
haz que veamos los bienes
en la tierra de los vivientes.
Tú, que todo lo sabes y puedes,
que nos apacientas aquí siendo aún mortales,
haznos allí tus comensales,
coherederos y compañeros
de los santos ciudadanos.
Amen.
╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 9, 11b-17)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, Jesús hablaba a la gente del reino y sanaba a los que tenían necesidad de curación. El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron:
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Llevamos en procesión el Santísimo Sacramento para expresar públicamente, con nuestros cánticos y aclamaciones, nuestra adhesión a Cristo en la eucaristía; como los discípulos que lo seguían y acompañaban; como la gente que lo rodeaba y acudía a su encuentro, aclamándolo, suplicándole, agradeciéndole. El pan de la eucaristía es nuestro viático: el alimento que fortalece nuestros pasos en nuestra peregrinación por este mundo hasta la casa del Padre; como el maná, que alimentaba al pueblo de Dios en su travesía por el desierto; como el pan que comió el profeta Elías, para proseguir con ánimo el camino emprendido hasta el monte de Dios; como los panes y los peces que Cristo multiplicó, para saciar el hambre de la muchedumbre que lo seguía.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Alimentó a la muchedumbre cuando ya declinaba la tarde, esto es, cuando ya se acerca el fin de los tiempos, o cuando el Sol de Justicia iba a morir por nosotros» (San Beda el Venerable).
«El Señor desea que todos los seres humanos se alimenten de la Eucaristía. Hoy, fiesta del Corpus Christi, con la procesión y la adoración común de la Eucaristía, se llama la atención hacia el hecho de que Cristo se inmoló por la humanidad entera» (Benedicto XVI).
«Los milagros de la multiplicación de los panes, cuando el Señor dijo la bendición, partió y distribuyó los panes por medio de sus discípulos para alimentar la multitud, prefiguran la sobreabundancia de este único pan de su Eucaristía» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.335).
No hay comentarios:
Publicar un comentario