PROGRAMA PARROQUIAL:
JUEVES, 23 DE JUNIO
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00
- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía de la Solemnidad del Nacimiento de San Juan Bautista (a las 20.30 h.)
PROGRAMA PARROQUIAL:
JUEVES, 23 DE JUNIO
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00
- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía de la Solemnidad del Nacimiento de San Juan Bautista (a las 20.30 h.)
SANTORAL DE HOY
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
San Juan Bautista
224. En la
frontera entre el Antiguo y el Nuevo Testamento descuella la figura de Juan,
hijo de Zacarías y de Isabel, ambos "justos ante Dios" (Lc 1,6), uno
de los más grandes personajes de la historia de la salvación. Todavía en el
vientre de su madre, Juan reconoció al Salvador, también escondido en el
vientre de la Virgen María (cfr. Lc 1,39-45); su nacimiento estuvo marcado por
grandes prodigios (cfr. Lc 1,57-66); creció en el desierto, llevando una vida
austera y penitente (cfr. Lc 1,80; Mt 3,4); "profeta del Altísimo"
(Lc 1,76) descendió sobre él la palabra de Dios (cfr. Lc 3,2); "recorrió
toda la región del Jordán, predicando un bautismo de conversión para el perdón
de los pecados" (Lc 3,3); como nuevo Elías, humilde y fuerte, preparó al
Señor un pueblo bien dispuesto (cfr. Lc 1,17); según el plan de Dios, bautizó,
en las aguas del Jordán, al mismo Salvador del mundo (cfr. Mt 3,13-16); a sus
discípulos les señaló que Jesús era el "Cordero de Dios" (Jn 1,29),
el "Hijo de Dios" (Jn 1,34), el Esposo de la nueva comunidad mesiánica
(cfr. Jn 3,28-30); por su heroico testimonio de la verdad (cfr. Jn 5,33) fue
encarcelado por Herodes, que le hizo decapitar (cfr. Mc 6,14-29),
convirtiéndose así en precursor del Señor en la muerte violenta, como lo había
sido en su nacimiento prodigioso y en la predicación profética. Jesús hizo un
grandioso elogio de él, proclamando que "entre los nacidos de mujer no hay
uno más grande que Juan" (Lc 7,28).
225. Desde la
antigüedad, el culto a san Juan ha estado presente en el mundo cristiano, donde
pronto adquirió también connotaciones populares. Además de las celebraciones
del día de su muerte (29 de Agosto), como sucede normalmente para todos los
santos, sólo de san Juan Bautista, como de Cristo y de la Virgen María, se
celebra solemnemente su nacimiento (24 de Junio).
Por la
parte que tuvo en el bautismo de Jesús, se le han dedicado muchos baptisterios
y su figura de bautista está junto a muchas fuentes bautismales; a causa de su
dura prisión y de su muerte violenta, es patrono de los que padecen en las
cárceles, condenados a muerte o a duros castigos, debido a la fe.
Con toda
probabilidad, la fecha del nacimiento de san Juan (24 de Junio) fue establecida
dependiendo de la concepción de Cristo (25 de Marzo) y de su nacimiento (25 de
Diciembre): según el signo que dio el Ángel Gabriel, cuando María concibió al
Salvador, la madre del Precursor estaba ya en el sexto mes del embarazo (cfr.
Lc 1,26.30). En cualquier caso, la solemnidad del 24 de Junio está ligada al
ciclo solar, en el hemisferio norte. Se celebra cuando el sol, dirigiéndose
hacia el sur del zodiaco, comienza a descender: hecho que resulta un símbolo de
la figura de Juan, que refiriéndose a Cristo, había declarado: "Él debe
crecer y yo en cambio tengo que disminuir" (Jn 3,30).
La misión
de Juan, venido para dar testimonio de la luz (cfr. Jn 1,7), ha dado origen o
un sentido cristiano a las hogueras que se encienden la noche del 23 de Junio:
la Iglesia las bendice, implorando que los fieles, superadas las tinieblas del
mundo, alcancen a Dios, "luz indefectible".
Solemnidad de la Natividad de san Juan Bautista, Precursor del Señor, que, estando aún en el seno materno, al quedar lleno del Espíritu Santo exultó de gozo por la próxima llegada de la salvación del género humano. Su nacimiento profetizó la Natividad de Cristo el Señor, y su existencia brilló con tal esplendor de gracia, que el mismo Jesucristo dijo no haber entre los nacidos de mujer nadie tan grande como Juan el Bautista (elog. del Martirologio Romano).
Misa del día de la solemnidad de la Natividad de san Juan Bautista (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. prop., conveniente PE I. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. IV.
- Is 49, 1-6. Te hago luz de las naciones.
- Sal 138. R. Te doy gracias porque me has escogido
portentosamente.
- Hch 13, 22-26. Juan predicó antes de que llegara Cristo.
- Lc 1, 57-66. 80. Juan es su nombre.
La liturgia de hoy celebra el nacimiento de san Juan Bautista, el Precursor, el
mayor de los nacidos de mujer. Enviado por Dios, venía para dar testimonio de
la luz y preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto (ant. de entrada). El
Ev. nos presenta las circunstancias que rodearon el nacimiento del Bautista. El
nombre de Juan significa «Dios nos ha mostrado su favor». El Pf. explica la
misión de Juan Bautista, que fue abriendo caminos al Salvador y cuya presencia
entre los hombres señaló con toda claridad, como el Cordero de Dios que quita
el pecado del mundo. Juan llegó a dar su sangre como supremo testimonio por el
nombre de Cristo. Imitemos al Bautista, abriendo caminos al Señor, señalándole
como Salvador de todos los hombres y siendo sus testigos con nuestra vida en
medio del mundo.
* Por indicación de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina
de los Sacramentos en su carta del día 11 de mayo de 2020: El día 24 de junio,
viernes, se ha de celebrar la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. La
solemnidad de san Juan Bautista se transfiere al día 23 de junio, omitiéndose
las Segundas Vísperas y celebrándose en su lugar las Primeras Vísperas de la
solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Sin embargo, donde san Juan Bautista
sea el patrón de la nación o de la diócesis o de la ciudad o comunidad
religiosa, la solemnidad de la Natividad de san Juan Bautista se ha de celebrar
el viernes 24 de junio, y la solemnidad del Sagrado Corazón se transfiere a la
feria del día 23 de junio, hasta la Hora Nona inclusive.
* Hoy no se permiten otras celebraciones, excepto la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio
de la solemnidad. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elog
propio de la solem. del Sagrado Corazón de Jesús, pag. 45, y elogs. del 24 de
junio, pág. 378.
CALENDARIOS:
Arzobispado Castrense-Especialidad fundamental de Helicópteros del Ejército de
Tierra: Nuestra
Señora de los Ángeles (S).
Antífona de entrada Jn 1, 6-7; Lc 1, 17
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este
venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para preparar al Señor
un pueblo bien dispuesto.
Monición de entrada
Hoy es la solemnidad del nacimiento de san Juan Bautista, Precursor del Señor, hijo de Zacarías e Isabel, que, estando aún en el seno materno, lleno del Espíritu Santo, exultó de gozo por la próxima llegada de la salvación del género humano.
Considerado el último de los profetas, en la austeridad del desierto escucha y
medita la Palabra de Dios, en el Jordán bautiza con agua preparando a los
discípulos para recibir el bautismo en el Espíritu Santo, y en todas partes
proclama que la venida del Mesías está cerca. El mismo Jesucristo lo elogió
diciendo que entre los nacidos de mujer no había nadie tan grande como él.
Acto penitencial
- Tú, proclamado por Juan como Cordero de Dios que quita el pecado del mundo: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
- Tú, anunciado por Juan como el Mesías que había de venir: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
- Tú, ungido por el Espíritu Santo cuando fuiste bautizado por Juan. Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Se dice Gloria.
Oh, Dios, que suscitaste a san Juan Bautista
para que preparase a Cristo el Señor una muchedumbre bien dispuesta,
concede a tu pueblo el don de la alegría espiritual
y dirige los corazones de todos los fieles
por el camino de la salvación y de la paz.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS DE LA MISA
Te hago luz de las naciones
Lectura
del libro del profeta Isaías (Is 49, 1-6)
ESCUCHADME,
islas; atended, pueblos lejanos:
Estaba
yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi
nombre.
Hizo
de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo
flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo:
«Tú
eres mi siervo, de quien estoy orgulloso».
Mientras
yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis
fuerzas», en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi
Dios.
Y
ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le
trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel, -tanto me honró el Señor y mi
Dios fue mi fuerza-:
«Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra».
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 138, 1-3. 13-14. 15 [R.: 14a])
V. Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
R. Te doy gracias porque me has escogido portentosamente.
V. Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma.
R. Te doy gracias porque me has escogido portentosamente.
V. No desconocías mis huesos,
cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra.
R. Te doy gracias porque me has escogido portentosamente.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 13, 22-26)
En
aquellos días, dijo Pablo:
«Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: “Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos.” Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: “Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias.” Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación».
R. Te alabamos, Señor.
R. Gloria a ti, Señor.
A
ISABEL se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus
vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la
felicitaban.
A
los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su
padre. La madre intervino diciendo:
«¡No!
Se va a llamar Juan».
Le
replicaron:
«Ninguno
de tus parientes se llama así».
Entonces
preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una
tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Todos se quedaron extrañados.
Inmediatamente
se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los
vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de
Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo:
«¿Qué
va a ser este niño?»
Porque
la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«‘Yo soy la voz que grita en el desierto’. Juan era la voz; pero el Señor era la Palabra que en el principio ya existía. Juan era una voz pasajera, Cristo la Palabra eterna desde el principio (San Agustín).
«¡Cuántas personas pagan caro el precio del compromiso por la verdad! ¡Cuántos hombres rectos prefieren ir contracorriente, con tal de no renegar la voz de la conciencia, la voz de la verdad!» (Francisco).
«San Juan Bautista es el precursor inmediato del Señor, enviado para prepararle el camino. ‘Profeta del Altísimo’ (Lc 1,76), sobrepasa a todos los profetas, de los que es el último, e inaugura el Evangelio. Desde el seno de su madre saluda la venida de Cristo y encuentra su alegría en ser ‘el amigo del esposo’ (Jn 3,29) a quien señala como ‘el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’ (Jn 1,29). Precediendo a Jesús ‘con el espíritu y el poder de Elías’ (Lc 1,17), da testimonio de Él mediante su predicación, su bautismo de conversión y finalmente con su martirio» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 523).
Se dice Credo.
Oración de los fieles
En esta solemnidad del nacimiento de san Juan, oremos al Señor, nuestro Dios.
- Por la Iglesia, que ha recibido, como san Juan, la misión de anunciar a Cristo, para que su testimonio sea llamada a la conversión. Roguemos al Señor.
- Por el pueblo de Israel, para que llegue a reconocer en Jesús de Nazaret al Mesías anunciado por san Juan, el mayor de los profetas. Roguemos al Señor.
- Por todos los que buscan con sincero corazón, para que encuentren el camino de la salvación. Roguemos el Señor.
- Por nosotros, que nos alegramos con el nacimiento del Precursor
de Cristo, para que seamos el pueblo bien dispuesto para recibir el Evangelio.
Roguemos al Señor.
que san Juan, el mayor de los nacidos de mujer, te recomienda.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Colmamos de dones tu altar, Señor,
para celebrar con el honor debido la natividad de quien proclamó
que el Salvador del mundo ya estaba próximo
y lo mostró presente entre los hombres.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
como el mayor entre los nacidos de mujer,
proclamamos tu grandeza.
Porque su nacimiento fue motivo de gran alegría,
Santo, Santo, Santo…
Antífona de la comunión Lc 1, 78
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el Sol que
nace de lo alto.
Alimentados con el convite del Cordero celestial,
te pedimos, Señor, que tu Iglesia,
llena de gozo por el nacimiento de san Juan Bautista,
reconozca al autor de su nueva vida
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Se puede usar la fórmula de la bendición solemne. Fiesta de un Santo
Dios, nuestro Padre, que nos ha congregado para celebrar hoy la fiesta de san N., os bendiga, os proteja y os confirme en su paz.
R. Amén.
Cristo, el Señor, que ha manifestado en san N. la fuerza renovadora del Misterio pascual, os haga auténticos testigos de su Evangelio.
R. Amén.
El Espíritu Santo, que en san N. nos ha ofrecido un ejemplo de caridad evangélica, os conceda la gracia de acrecentar en la Iglesia la verdadera comunión de fe y amor.
R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
R. Amén.
Después de la Hora Nona
Misa vespertina de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús (blanco).
Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio de la solemnidad.
Comp. Dom. I.
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