SÁBADO DE LA XIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, o Inmaculado corazón de María (MO) Oficio del Sábado de la IV Semana del Salterio (Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas - Laudes - Tercia- Sexta - Nona - Vísperas - Completas)
PROGRAMA PARROQUIAL:SÁBADO, 25 DE JUNIO- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 20.30 h. a 23.00 h.
- ERMITA DE MONTEMAYOR:
* Rezo del Santo Rosario (a las 18.30 h.), y Eucaristía del Domingo XIII del T. O. (a las 19.00 h.).
- SAN FRANCISCO:
* Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía del Domingo XIII del T. O. (a las 20.30 h.)
- PARROQUIA:
* Eucaristía – Comunidades Neocatecumenales (a las 21.30 h.)
SÁBADO DE LA XIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO,
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 20.30 h. a 23.00 h.
- ERMITA DE MONTEMAYOR:
* Rezo del Santo Rosario (a las 18.30 h.), y Eucaristía del Domingo XIII del T. O. (a las 19.00 h.).
- SAN FRANCISCO:
* Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía del Domingo XIII del T. O. (a las 20.30 h.)
- PARROQUIA:
* Eucaristía – Comunidades Neocatecumenales (a las 21.30 h.)
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
SANTORAL DE HOY
Elogio: En Roma, en el cementerio de Balbina, en la vía Ardeatina, santos Marcos y Marceliano, mártires en la persecución bajo el emperador Diocleciano, a los que hermanó el sufrimiento.
Otros santos de este día:
San Próspero de Aquitania, monje
Conmemoración de san Próspero de Aquitania, quien, versado en filosofía y en letras, llevó con su esposa una vida íntegra y modesta, y habiendo abrazado la vida monástica en Marsella, defendió enérgicamente contra los pelagianos la doctrina de san Agustín sobre la gracia divina y el don de la perseverancia, asumiendo después en Roma el servicio de secretario del papa san León I Magno.
San Próspero de Reggio, obispo
En Reggio, de la región de Emilia, san Próspero, obispo.
Santa Tigris, virgen
En Maurienne, en Saboya, santa Tigris, virgen, que con gran celo propagó en este lugar el culto a san Juan, el Precursor.
San Moloc de Lismore, obispo
En Rosemarkie, en Escocia, san Moloc o Luano, obispo.
Santa Eurosia, virgen y mártir
En Jaca, en la Hispania Tarraconense, santa Eurosia, virgen y mártir.
San Adalberto de Egmond, diácono y abad
En Egmond, de Frisia, san Adalberto, diácono y abad, que ayudó a san Willibrordo en la evangelización de aquellos lugares.
San Salomón, mártir
En Bretaña Menor, san Salomón, mártir, que, mientras fue rey, instituyó sedes episcopales, amplió los monasterios y mantuvo la justicia, pero al ser apartado de su cargo, fue cegado y muerto en la iglesia por sus adversarios.
San Guillermo de Vercelli, abad
En Goleto, cerca de Nusco, en la Campania, san Guillermo, abad, el cual, nacido en Vercelli, se hizo peregrino y pobre por amor a Cristo, y, aconsejado por san Juan de Matera, fundó el monasterio de Montevergine, en el que reunió a unos monjes a los que impartió una profunda doctrina espiritual, y también otros diversos monasterios, tanto masculinos como femeninos, en varias regiones de la Italia meridional.
Beato Juan Hispano, monje
En la Cartuja de Le Réposoir, en Saboya, beato Juan, llamado «Hispano», monje, que escribió los estatutos para las monjas de la Cartuja.
Beata Dorotea de Montau, reclusa
En Marienwerder, en la Prusia polaca, beata Dorotea de Montau, que, al quedar viuda, vivió recluida en una celda junto a la catedral, entregada a la oración continua y a la penitencia.
Beata María Lhuillier, virgen y mártir
En Laval, en Francia, beata María Lhuillier, virgen y mártir, que, recibida en la Congregación de Hermanas Hospitalarias de la Misericordia, durante la Revolución Francesa fue decapitada por mantenerse fiel a los votos religiosos de la Iglesia.
Santos Domingo Henares y Francisco Do Minh Chieu, mártires
En la ciudad de Nam Dinh, en Tonkín, santos Domingo de Henares, obispo de la Orden de Predicadores, y Francisco Do Minh Chieu, mártires, el primero de los cuales propagó la fe cristiana durante cuarenta y nueve años, y el segundo cooperó con él como catequista. Ambos fueron decapitados por su fe en Cristo, en tiempo del emperador Minh Mang.
LITURGIA DE HOY
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
El Corazón inmaculado de María
174. Al día siguiente de la solemnidad del sagrado Corazón de Jesús, la Iglesia celebra la memoria del Corazón inmaculado de María. La contigüidad de las dos celebraciones es ya, en sí misma, un signo litúrgico de su estrecha relación: el mysterium del Corazón del Salvador se proyecta y refleja en el Corazón de la Madre que es también compañera y discípula. Así como la solemnidad del sagrado Corazón celebra los misterios salvíficos de Cristo de una manera sintética y refiriéndolos a su fuente – precisamente el Corazón -, la memoria del Corazón inmaculado de María es celebración resumida de la asociación "cordial" de la Madre a la obra salvadora del Hijo: de la Encarnación a la Muerte y Resurrección, y al don del Espíritu.
La devoción al Corazón inmaculado de María se ha difundido mucho, después de las apariciones de la Virgen en Fátima, en el 1917. A los veinticinco años de las mismas, en el 1942, Pío XII consagraba la Iglesia y el género humano al Corazón inmaculado de María, y en el 1944 la fiesta del Corazón inmaculado de María se extendió a toda la Iglesia.
Las expresiones de la piedad popular hacia el Corazón de María imitan, aunque salvando la infranqueable distancia entre el Hijo, verdadero Dios, y la Madre, sólo criatura, las del Corazón de Cristo: la consagración de cada uno de los fieles, de las familias, de las comunidades religiosas, de las naciones; la reparación, realizada sobre todo mediante la oración, la mortificación y las obras de misericordia; la práctica de los cinco primeros sábados de mes.
Por lo que refiere a la devoción de la comunión sacramental durante cinco primeros sábados consecutivos, valen las observaciones hechas a propósito de los nueve primeros viernes: eliminada toda valoración excesiva del signo temporal y situada correctamente la comunión en el contexto celebrativo de la Eucaristía, la práctica de piedad debe ser aprovechada como ocasión propicia para vivir intensamente, con una actitud inspirada en la Virgen, el Misterio pascual que se celebra en la Eucaristía.
(Hasta la Hora Nona)
Misa de la memoria (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. I de la BVM: “en la fiesta”, o II-V de la BVM.
LECC.: vol. III-par para la primera lectura y vol. IV para el Evangelio.
- Lam 2, 2. 10-14. 18-19. Sus corazones claman al Señor
sobre la muralla de la hija de Sion.
- Sal 73. R. No olvides sin remedio la vida de los pobres.
- Lc 2, 41-51. Conservaba todo esto en su corazón.
o bien: cf. vol. IV.
Liturgia de las Horas: oficio de la
memoria.
Martirologio: elogs. del 26 de
junio, pág. 381.
CALENDARIOS: Jaca: Santa Orosia, virgen y mártir (S).
Claretianos, Congregación de los Sagrados Corazones y Misioneras del Corazón
de María: Inmaculado Corazón de la bienaventurada Virgen María
(S). Franciscanas de los Sagrados Corazones: (F).
Arzobispado Castrense: Dedicación de la iglesia-catedral (F).
Antífona de entrada Sal 12, 6
Mi alma gozará con tu salvación y cantaré al Señor por el bien que me ha
hecho.
Monición de entrada
Conmemoramos hoy a la bienaventurada Virgen María. Su Corazón inmaculado es
símbolo del amor filial a Dios Padre y del amor maternal a Jesucristo, su Hijo,
y a todos nosotros.
Oh, Dios, que has preparado una digna morada al Espíritu Santo
en el Corazón de la Virgen María,
concédenos en tu bondad, por su intercesión,
que merezcamos ser templo de tu gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS DE LA MISA
Audio y comentario del Evangelio de hoy
Lectura del libro de las Lamentaciones (2, 2. 10-14. 18-19)
HA DESTRUIDO el Señor, sin piedad,
todas las moradas de Jacob;
ha destrozado, lleno de cólera,
las fortalezas de la hija de Judá;
echó por tierra y profanó
el reino y a sus príncipes.
Se sientan silenciosos en el suelo
los ancianos de la hija de Sion;
cubren de polvo su cabeza
y se ciñen con saco;
humillan hasta el suelo su cabeza
las doncellas de Jerusalén.
Se consumen en lágrimas mis ojos,
se conmueven mis entrañas;
muy profundo es mi dolor
por la ruina de la hija de mi pueblo;
los niños y lactantes desfallecen
por las plazas de la ciudad.
Preguntan a sus madres:
«¿Dónde hay pan y vino?»,
mientras agonizan, como los heridos,
por las plazas de la ciudad,
exhalando su último aliento
en el regazo de sus madres.
¿A quién te compararé,
a quién te igualaré, hija de Jerusalén?;
¿con quién te equipararé para consolarte,
doncella, hija de Sion?;
pues es grande como el mar tu desgracia:
¿quién te podrá curar?
Tus profetas te ofrecieron
visiones falsas y vanas;
no denunciaron tu culpa
para que cambiara tu suerte,
sino que te anunciaron
oráculos falsos y seductores.
Sus corazones claman al Señor.
Muralla de la hija de Sion,
¡derrama como un torrente
tus lágrimas día y noche;
no te des tregua,
no descansen tus ojos!
Levántate, grita en la noche,
al relevo de la guardia;
derrama como agua tu corazón
en presencia del Señor;
levanta tus manos hacia él
por la vida de tus niños,
que desfallecen de hambre
por las esquinas de las calles.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 73,
1b-2. 3-4. 5-7. 20-21 [R.: 19b])
R. No olvides sin remedio la vida de los pobres.
V. ¿Por qué, oh, Dios, nos rechazas para siempre
y está ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu rebaño?
Acuérdate de la comunidad que adquiriste desde antiguo,
de la tribu que rescataste para posesión tuya,
del monte Sion donde pusiste tu morada.
R. No olvides sin remedio la vida de los pobres.
V. Dirige tus pasos a estas ruinas sin remedio;
el enemigo ha arrasado del todo el santuario.
Rugían los agresores en medio de tu asamblea,
levantaron sus propios estandartes.
R. No olvides sin remedio la vida de los pobres.
V. Como quien se abre paso
entre la espesa arboleda,
todos juntos derribaron sus puertas,
las abatieron con hachas y mazas.
Prendieron fuego a tu santuario,
derribaron y profanaron
la morada de tu nombre.
R. No olvides sin remedio la vida de los pobres.
V. Piensa en tu alianza: que los rincones del país
están llenos de violencias.
Que el humilde no se marche defraudado,
que pobres y afligidos alaben tu nombre.
R. No olvides sin remedio la vida de tus pobres.
Lecturas propias de la Memoria (Lec. IV).
Lectura del libro de Isaías (Is 61, 9-11)
LA ESTIRPE de mi pueblo será célebre entre las naciones,
y sus vástagos entre los pueblos.
Los que los vean reconocerán
que son la estirpe que bendijo.
Desbordo de gozo en el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha puesto un traje de salvación,
y me ha envuelto con un manto de justicia,
como novio que se pone la corona,
o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos ante todos los pueblos.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (1 Sam
2, 1. 4-5. 6-7. 8abcd R.: cf. 1a])
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
V. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
Mi corazón se regocija en el Señor,
mi poder se exalta por Dios.
Mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
V. Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor.
Los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía.
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
V. El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
V. Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria.
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
R. Aleluya, aleluya, aleluya
V. Bienaventurada Virgen María, que conservaba la palabra de Dios,
meditándola en su corazón. R.
╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 2, 41-51)
R. Gloria a ti, Señor.
LOS PADRES de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.
Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando
terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo
supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el
camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al
no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio
de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían
quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi
Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
De
San Josemaría Escrivá, Es Cristo
que pasa 174
A
Cristo le interesa ese trabajo que debemos realizar -una y mil veces- en la
oficina, en la fábrica, en el taller, en la escuela, en el campo, en el
ejercicio de la profesión manual o intelectual: le interesa también el
escondido sacrificio que supone el no derramar, en los demás, la hiel del
propio mal humor.
Repasad en la oración esos argumentos, tomad ocasión precisamente de ahí para
decirle a Jesús que lo adoráis, y estaréis siendo contemplativos en medio del
mundo, en el ruido de la calle: en todas partes. Esa es la primera lección, en
la escuela del trato con Jesucristo. De esa escuela, María es la mejor maestra,
porque la Virgen mantuvo siempre esa actitud de fe, de visión sobrenatural,
ante todo lo que sucedía a su alrededor: guardaba todas esas cosas en
su corazón ponderándolas [Lc 2, 51].
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«El nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María» (San Ireneo de Lyon).
«La devoción al Corazón de María tiene una importancia capital, porque amando su Hijo a toda la humanidad, María interviene singularmente como un instrumento que nos conduce hacia Él» (San Juan Pablo II).
«El hallazgo de Jesús en el Templo es el único suceso que rompe el silencio de los Evangelios sobre los años ocultos de Jesús. Jesús deja entrever en ello el misterio de su consagración total a una misión derivada de su filiación divina: ‘¿No sabíais que me debo a los asuntos de mi Padre?’. María y José ‘no comprendieron’ esta palabra, pero la acogieron en la fe, y María ‘conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón’, a lo largo de todos los años en que Jesús permaneció oculto en el silencio de una vida ordinaria» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 534).
Misa vespertina del XIII Domingo del tiempo ordinario (verde).
Liturgia de las Horas: I Vísp. del
oficio dominical. Comp. Dom. I.
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